domingo, 28 de septiembre de 2025

Bitopías en Lanjarón

De nuevo tenemos el privilegio de participar en el Festival Biotopías, cuya segunda edición tiene el título "Agua, fuente de vida". Su programación se basa en varias actividades vinculadas con uno de los recursos naturales más importantes que existen en el mundo y sin el que la vida no sería posible.

Siguiendo este eje conductor, esta actividad pretende acercarse a un espacio donde el agua es bandera, Lanjarón, en cuyo escudo aparece una fuente generosa en agua. El topónimo de Lanjarón procede del árabe al-Lancharon, que deriva de al-Lanchar, o “tierra de manantiales”.

La actividad que hemos dinamizado constó de los siguientes elementos:

1. Visita al barrio del Hondillo. Viviendas tradicionales ejemplo de arquitectura bioclimática.

Es el barrio más antiguo de la localidad. Conjunto integrado por estrechas calles, placetas y tinaos. Su existencia se menciona ya en época musulmana, formando parte de uno de los tres barrios de los que constaba el pueblo en el siglo XVI, el del Aceituno. 

El tinao es una solución arquitectónica, propia de la comarca de La Alpujarra. Su objetivo era crear espacios cubiertos de ámbito semiprivado o semipúblico, colocando una estructura de vigas sobre la calle para dejar la zona cubierta.

2. El paisaje del entorno del Castillo. 

Tras recorrer este barrio y pasar por la plaza del ayuntamiento, nos dirigimos al Castillo de Lanjarón. Data del periodo nazarí, aunque casi todas las estructuras visibles actualmente fueron construidas por los castellanos entre finales del siglo XV y comienzos del XVI. Su misión era vigilar los caminos que unían Granada con la costa. 

Desde allí realizamos una interpretación del paisaje que observamos. En las distancias cortas plantas rupícolas como la clavellina de pastor (Dianthus broteri), las pequeñas flores de la uña de gato (Sedum mucizonia) o un helecho que tiene la particularidad de que crece al sol de las paredes de los tajos, la doradilla (Cosentinia vellea). Sobre ellas puede caminar un escarabajo de color negro y rayas grises, un endemismo del sureste ibérico (Alphasida escalerai).

Frente a nosotros el Tajo Colorao sobrevolados por los aviones roqueros. Y en otros planos superpuestos la sierra de Lujar al este, las montañas que custodian hacia el sur al río Guadalféo, o la Sierra de la Almijara al oeste.  Junto al castillo discurre el cauce del Barranco Salado, que desemboca más abajo en el río Lanjarón, tributario del Ízbor y este a su vez del Guadalfeo.

3. El Parque del Salado.

Posteriormente bajaremos al Parque del Salao, donde un arroyo ferruginoso nos habla del interés de estas aguas cargadas de minerales. El parque es el pulmón verde del municipio, en él destacan sus fuentes y los eucaliptos centenarios. Aquí paramos para tomar un bocata que acompañamos con frutos de otoño y dulces mozárabes donde uno de sus ingredientes es la miel. Hay que reseñar la importancia de la actividad apícola de la zona. 

4. Taller de mimbre.

En Lanjarón son célebres sus artesanos del esparto y la mimbre. Para reposar la comida, planteamos un tranquilo taller con médula de junco que debe trabajarse siempre con agua cerca. Es un modo de revindicar esta artesanía local. 

Gracias a Gustavo y Jesús por confiar en nosotros y por estos festivales tan innovadores a los que dan forma cada año. 

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