domingo, 21 de febrero de 2010

El ruido, un fantasma de escandalo.


En numerosas ocasiones hemos prestado atención a este contaminante ambiental, que disfrazado con su sábana blanca, complica la habitabilidad de nuestras ciudades. A través de una charla participativa, de talleres y un recorrido por el centro escolar en el que realizamos, con un sonómetro, un mapa acústico, pretendemos incentivar buenas prácticas en la gente joven destinadas a disminuir las causas que provocan el ruido.
Este espectro que dificulta la comunicación, espanta la tranquilidad y asalta sin reparos nuestra intimidad, es uno de los contaminantes más molestos y con mayor incidencia sobre el bienestar de los ciudadanos; pero curiosamente seguimos considerándolo un mal menor, un incordio más o menos soportable en función de nuestro estado de ánimo.
La contaminación acústica ha aumentado de forma espectacular en los últimos años. El progreso insostenible es el causante de la degradación acústica del medio y del deterioro de las relaciones entre la persona y su ciudad. España es el país europeo con mayor índice de ruidos, segundo en el ranking mundial detrás de Japón. Y Granada y su área metropolitana es la aglomeración urbana más ruidosa de Andalucía.
Es evidente que precisamos recetas para espantar a este fantasma tan escandaloso:
  • Respeta el derecho de tu vecindad a tener paz, tranquilidad y descanso.
    Baja el volumen de tu equipo de música y de la televisión; tus oídos y los de los demás te lo agradecerán. No hables a voces con tus amigos, no están sordos.
    No practiques conductas ruidosas en tu casa ni permitas que lo hagan tus mascotas: gritos, taconeos, portazos, ladridos, utilización de electrodomésticos en periodos de descanso, etc.
    En tus momentos de diversión recuerda que el respeto a los demás es la base imprescindible para una correcta convivencia.
    Aprende a disfrutar del silencio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si nos paramos a reflexionar, somos el país que habla en voz más alta. Uno sale al extranjero y para saber donde está el grupo de españoles sólo hay que afinar el oído y ver quién berrea más...

Juan