viernes, 26 de febrero de 2010

Ni más ni menos.



Durante estos días estamos realizando, en distintos centros escolares, la actividad “Ni más ni menos”. Pretende, a través de una serie de recursos participativos (debate, juegos de mesa y ronda de tareas domésticas), ayudar a los maestros y maestras en el fomento de la coeducación.

Lo opuesto a igualdad no es la diferencia, sino la desigualdad. La diferencia sexual es riqueza, mientras que la desigualdad entre los sexos es injusticia y violencia. La coeducación no busca la homologación, sino garantizar que unas y otros tengan las mismas oportunidades y los mismos derechos para ser aquello que quieran ser.


Asi mismo, es frecuente que la igualdad se convierta en una obsesión contable, convirtiendo “niños y niñas están capacitados para realizar las mismas actividades” en “niños y niñas deben realizar las mismas actividades”. El objetivo no ha des ser que hagan siempre lo mismo, sino que niñas y niños no se vean constreñidos por pertenecer a uno u otro sexo.
Solo cuando las niñas se reconocen como valiosas por si mismas y no en relación a lo que son o dejan de ser los niños, y cuando los niños descubren otras maneras más libres y sanas de ser chicos sin reproducir el modelo de masculinidad violento, es posible crear relaciones fructíferas entre los sexos.

Pero como la coeducación no es solo cosa de infantes, os recomendamos un cuento dedicado a los adultos: “La Cenicienta que no quería comer perdices” de Numila López y Myriam Cameros.

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