Francesco Tonucci, rompiendo límites y fronteras ha contado por el mundo las necesidades de los niños, nos ha explicado como, escuchando “sus tonterías”, encontramos grandes soluciones, ya que cuando un niño dice una tontería no la ha oído de sus padres ni de sus maestros, por lo que probablemente encierre una gran verdad.
Reivindica la necesidad de jugar, porque “Cuando los niños dicen ¡basta!”, en la ciudad que el sueña, “La Ciudad de los niños”, las plazas son espacios públicos para el juego, con pelotas, abuelos, risas, llantos, miradas… gritos y silencio, … pero sin coches. Francesco se entristece cuando habla de “La soledad del niño” como la grave enfermedad de los que hoy viven en las ciudades ricas, de cómo los adultos programan su vida al segundo para realmente no hacer nada, de cómo obligamos a nuestros niños a vivir sin existir como lo que realmente son: niños.
Hay que escucharlos y crear entre todos el conocimiento. "Incentivar la curiosidad e inquietudes para ayudar al niño a crecer sin perder su esencia que lo hace tan particular y que es su habilidad para jugar y no cansarse"
En esta actividad desarrollada en la Ludoteca la Placeta en la que participa la escuela Abencerrajes los niños y niñas dicen ¡basta! y juegan a todo y con todos.
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