
Hoy penetramos el corazón de la Sierra de Huetor, esos valles y montañas tan accesibles y siempre dispuestos a crearnos gratas sensaciones. Nuestro camino comienza junto a la carretera que conduce a la Alfaguara, a 4 kilómetros de Fuente Grande, en la cercana población del agua y el pan, Alfacar.

Tras aproximadamente 900 metros de recorrido, abandonamos esta vereda y este paisaje para continuar a la derecha por una camino que nos muestra espacios más abiertos, pasando del bosque al prado de montaña. Aquí encontraremos los restos de una antigua fuente abrevadero y el trazado caprichoso de un regato. Estamos en la Alfaguarilla. El rosal silvestre o escaramujo recorta sus peladas ramas contra el azul del cielo presumiendo de rojos tapaculos.



Retornamos por este camino hasta el cruce, pasando por un transformador que daba electricidad al sanatorio que en breve visitaremos. Bajamos hasta llegar a la pista forestal que seguimos unos metros a la izquierda para luego salirnos de ella pos una vereda más estrecha a la derecha. Llegamos así hasta el Monte de Juan o de Fuente Fría. Lo rodearemos contemplando los pinsapos, Fuente Fría y su abrevadero y deteniéndonos en el Sanatorio de Tuberculosos de la Alfaguara.
Dos magníficos cedros con un porte poco habitual nos dan la bienvenida. Estamos ante las ruinas de
un lugar donde, desde 1920, se curaron muchas personas aquejadas de tuberculosis gracias a los cuidados y dedicación del equipo dirigido por Bertha Whilelmi, y Elena Bickman, que fue quien lo mantuvo hasta los años setenta.

Al pueblo que tanto ayudó con sus iniciativas sociales se le hacía difícil aceptar que Berta, habiendo vivido al margen de la santa iglesia católica, pudiera tener su sitio en el cielo. Tampoco concebían a una mujer de su entidad, condenada a los infiernos. La mitología popular decidió no renunciar ni a la presencia de la ilustre dama ni a la pérdida del espíritu de su benefactora. Y crearon su leyenda.

Una vez rodeado este monte testigo de miles de historias, bajamos hacia la Alfaguara. El Peñón de la Mata surge como un coloso a nuestra derecha.
Para terminar esta magnífica ruta visitamos las Trincheras de la Sierra de la Yedra. Durante gran parte de la triste contienda, en esta zona de la sierra se establecía la frontera entre hermanos en guerra: los sublevados en los montes por los que caminamos y en el frontero del Peñón de la Mata los republicanos. Fue uno de los frentes más sangrientos de la provincia de Granada. El Peñón de la Mata, un auténtico nido de águilas, la posición más inexpugnable y activa del Frente Republicano; esto supuso la muerte de numeroso combatientes de ambos bandos.
Y así del Sanatorio de Tuberculosos de Berta Whilelmi y su filantropismo incomprendido, nos trasladamos a los horrores de 1936. Y estos recuerdos entrelazados con nuestros pasos, deben valernos para que la historia no se repita.
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