Un amigo edafólogo me contó como trasmitir la idea de escasez de suelos fértiles disponibles para su aprovechamiento agrícola. Como en tantos otras ocasiones acudimos a una manzana.De la Tierra manzana, en la que la piel es la parte de la corteza terrestre que representa el suelo, solo una cuarta parta son zonas emergidas. Cortamos un cuarto de la manzana.
De esta porción, un 30% son suelos potencialmente fértiles; el resto son áreas montañosas, desiertos, zonas pantanosas, casquetes polares... Del cuarto de manzana cortamos un poco menos de un tercio.
Y de esta porción, por degradación del terreno, sequías y contaminación, debemos descartar un 70%; por lo tanto nos quedaremos con un 30 % del segundo pedazo.Y como estamos hablando del suelo, pelamos con cuidado esta última porción, quedándonos solo con esta porción de piel, el área disponible para los cultivos agrícolas del planeta.
Un modo sencillo de contar una idea grande.
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