domingo, 11 de noviembre de 2018

Cien Pasos en el Camarate.


Cien Pasos estuvo en el Camarate el día indicado. El otoño colocó en la paleta de las laderas de sus montes y valles todos los colores posibles. En las hojas de los distintos árboles de este bosque mixto podíamos leer todos los matices de esta estación.


Es unos de los rincones más hermosos del Parque Nacional de Sierra Nevada, con uno de los bosques mejor conservados de toda Andalucía. Se encuentra en la vertiente norte de Sierra Nevada. Es una reliquia casi intacta que ha sobrevivido milagrosamente a la mano del hombre y a los desastres naturales. La finca del Camarate ha sido dehesa de reses bravas hasta hace pocos años. Los toros se encargaron de mantener alejados a los curiosos y al bosque en perfecto estado de revista.


Partimos de Lugros, junto al Puente de las Herrerías, donde hay un viejo molino y una sombreada área recreativa. Antes de que la carretera cruce el barranco del Río Alhama, sale a la derecha, un carril que continúa paralelo al río, hasta que se introduce en su valle un par de kilómetros más arriba. Caminamos junto a una acequia de careo que discurre paralela a su gemela en el valle frontero. Continúa unos 4 km hasta llegar a la Cañada Real de los Potros, una de las vías pecuarias que unen Granada con Jaén.

Llegamos así al pórtico que da entrada a La Dehesa del Camarate. Conocido como Horcajo del Camarate, es un lugar en el que al río Alhama se le suman las aguas del barranco de las Rozas y del barranco de Guadix. 



Nos encontramos las ruinas de lo que en su día fue una preciosa ermita con su escalinata tapizada de musgos; también observamos los corrales de embarque desde donde eran trasladadas en camiones las reses bravas que se criaban aquí en el siglo pasado. Tras un fuerte y umbrío zigzag, la pista asciende por la derecha del barranco. Al otro lado de éste se nos muestra el Cerro de los Carneros con su cara norte alfombrada de bosque.


Poco a poco vamos ganando altura, al tiempo que disfrutamos de bellas panorámicas coloreadas por una variada gama de arbolado: robles melojos, arces, serbales, cerezos, manzanos silvestres, quejigos, sauces y mostajos con sus frutos rojos. Esta vegetación conforma el célebre y policromado Bosque Encantado. 




Continuamos subiendo, y tras cruzar el umbroso barranco de las Rozas, el carril nos lleva hasta el collado del Cerro de los Carneros situado a 1.722 m. Nos encontramos con unas praderas a caballo entre el barranco por el que hemos subido y el río Alhama. La vía se bifurca: el ramal derecho baja hasta el cercano Cortijo del Camarate, mientras que el ramal derecho sube en dirección hacia la cabecera de la amplia cuenca de recepción del río Alhama. Desde este collado podemos ver el cerro del Mirador Alto (2.684 m) y, tras él, el Picón de Jerez (3.088 m).


Proseguimos por la pista de la derecha, siempre en continuo ascenso. A nuestra izquierda, abajo, podemos observar el cortijo ganadero del Camarate rodeado de amplias praderas; mientras que si echamos una mirada retrospectiva, en dirección norte, veremos la amplia Hoya de Guadix. Más lejos identificamos los perfiles de Sierra Mágina y las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.


Esta loma nos conduce a unos prados en los que permanece un antiguo tentadero, posiblemente el más alto de España, situado al abrigo del Pico de la Corona y del Pico de Las Catifas.





Después de tomarnos el bocadillo retornamos por los mismos caminos hasta el Horcajo ya que la cancela del Cortijo del Camarate está cerrada y no podemos hacer la ruta circular como estaba previsto. Por la acequia de Guadix vamos a Lugros desde donde nos dejamos caer a las Herrerías. 




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