sábado, 13 de noviembre de 2021

En la Morra y el barranco de San Juan.

Una mañana de otoño, noches frías y mediodías templados. Realizamos un recorrido lineal por ambas vertientes hacia el río San Juan. La ida con un cielo muy azul y el regreso bajo un ligero manto de nubes bajas. 

El recorrido parte del Collado del Diablo, junto a la carretera que nos conduce hasta la Hoya de la Mora. Tomamos una pista que primero asciende una loma desde donde contemplamos la encrucijada de los valles del Genil y el Maitena; a la derecha nuestro destino, el Cerro de la Morra, también conocido como el Puntal de Cazoletas.

Esta pista nos conduce hasta El Refugio de San Francisco en los Campos de Otero. Fue construido por la Sociedad Sierra Nevada, fundada a principios del siglo XX por un reducido grupo de montañeros granadinos conocidos como “los diez amigos limited”. El refugio original, ya desaparecido, se situaba al inicio del primer remonte que se construyó en la sierra.

Foto por sorpresa

Foto avisando. ¿Observamos la diferencia?

Pasamos junto a una fuente y tomamos una vereda a la derecha. Bajo nosotros el Barranco de San Juan. Frente a nosotros, en el otro lado del valle, vemos el trazo de dos acequias de careo: abajo la acequia de Haza Mesa y arriba la acequia de Hoyo del Puente. Su función era aportar agua a las laderas para que en ellas crecieran pastos para el ganado.

Seguimos la vereda que en ocasiones desaparece bajo los borreguiles. Vamos viendo piornos, agracejos, enerbros rastreros y sabinas. En un giro contemplamos frente a nosotros la magnífica Piedra Resbaladiza. El paisaje está dominado por los oscuros esquistos que forman un hojaldre pétreo cubierto por arbustos redondeados y espinosos: los cojines de monja (oficio más sacrificado que el de senderista).  

Una fuerte pendiente nos conduce al río San Juan. Allí nos desviamos unos metros por una pequeña vereda que asciende paralela a su cauce. Llegamos hasta una catarata congelada bajo la Piedra Resbaladiza. En el cauce del río se encajonan escalones de hielo bajo los cuales corren las aguas frías y limpias. Un paisaje maravilloso con la belleza de lo efímero.

Vadeamos el San Juan y seguimos una vereda en la margen derecha que en realidad es la acequia Hoyo del Puente. Un macho de cabra montés nos contempla con curiosidad. 

Si miramos atrás vemos el Mojón del Trigo y los Peñones de san Francisco. Cómodamente llegamos hasta La Morra donde disfrutamos de las vistas del Vadillo y de la Loma del Calvario.

Desandamos lo caminado hasta encontrarnos con un montón de piedras que marcan un desvió a la derecha. Abandonamos la acequia y bajamos por la serpenteante vereda hasta el río. 

Luego desandamos lo caminado hasta el Refugio de San Francisco y luego hasta el Collado del Diablo.  

Unos 13 kilómetros y un grupo de senderistas de lujo. Gracias. 

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