sábado, 27 de noviembre de 2021

Otoño en el valle del Maitena

Esta ruta primero sigue el trazado fantasma del antiguo tranvía de la Sierra para luego cambiar de valle. Dejamos el Genil y nos adentramos en el territorio del Maitena, abundante en encinas y castaños.


Desde Güejar Sierra bajamos por el Camino del Sotillejo bajo almeces hasta llegar a la cola del Pantano de Canales. Dejamos atrás la Fabriquilla y tomamos el sendero del tranvía. Pasamos por un túnel y seguimos el camino que fue propiedad de los travesaños de la vía. 

El popular y querido Tranvía de la Sierra (1925 – 1974) fue uno de los pioneros en lo que a ferrocarriles españoles de montaña se refiere. Destacó por su carácter eminentemente turístico; su finalidad fue mostrar al público en general las bellezas de Sierra Nevada. Todo ello a través de un medio de transporte colectivo que generaría riqueza, a raíz del creciente interés por las actividades de ocio relacionadas con la montaña, mediante la construcción complementaria de hoteles y albergues.

El impulsor de este importante proyecto fue Julio Quesada Cañaveral y Piédrola, duque de San Pedro de Galatino, conde de Benalúa y de las Villas y señor de Láchar, un hombre adelantado a su tiempo, polifacético en sus actividades y siempre inmerso en proyectos empresariales que buscaron el despegue económico de la provincia granadina. 

El trazado de unos 20 km contaba con 15 túneles y 21 puentes, algunos de bella factura. La vía tenía un ancho de 75 cm por el que viajaban coches de pasajeros de 8,5 m. de largo por 2 de ancho, así como remolques o “jardineras”.

Sin embargo, la historia de este ferrocarril ha estado sujeta a una suerte de dificultades que terminaron por convertirlo en un proyecto incompleto que no llevaba a ningún sitio. La construcción del embalse de Canales fue el colofón de una serie de adversidades que acompañaron el devenir de este malogrado Tranvía de la Sierra.

Con tranquilidad llegamos a la confluencia del Geníl con su afluente el Maitena. Seguimos unos cientos de metros siguiendo el Genil por una vereda llena de encanto. Ascendemos de nuevo a la vereda llamada ya de la Estrella para retornar hacia el Maitena. 

Aquí iniciamos una ruta que nos adentrará en el Valle del Maitena. Comenzamos por un camino que asciende a la izquierda de la carretera. Pronto llegamos a una bifurcación, tomando la vereda de la derecha que nos conduce hasta el Cortijo de la Sevillana, con su pilar y su aljibe. 

El camino sigue pendiente entre encinas hasta alcanzar la acequia del Maitena o de la Artichuela. En zonas más altas vemos manchas de robles melojos. 

La seguimos por un precioso camino rodeado de vegetación. Hoy nos llama la atención una planta trepadora cuajada de semillas que forman pequeños plumones. Es la clemátide o hierba de pordioseros. Como nos cuenta pepe, el botánico de la expedición, sus hojas son irritantes al contacto con la piel y según parece los mendigos se frotaban con ellas para producirse llagas e inspirar compasión. De ahí su nombre.

Pasamos por la presa del Coto desde donde se contemplan preciosas vistas del valle. Cruzamos el río y podemos hacer una parada junto a un abandonado molino, el del Coto. No es el sitio más bonito pero es cómodo y soleado. 

Ya solo resta regresar por nuestros pasos hasta Güejar Sierra ya que esta ruta es lineal. 




La única variación es que la bajada desde la acequia del Maitena la realizamos por la serpenteante Cuesta de la Viña. 





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