Datos de la ruta:
La ruta en imágenes:
Breve descripción:
Esta ruta es un clásico que de vez en cuando se debe releer. Caminaremos en la paleta de colores y de aromas otoñales del Valle del Genil, al tiempo que rememoramos el tranvía serrano que, con valentía circense, se adentraba entre estos montes.
El sueño del Duque San Pedro de Galatíno, que duro desde el 1925 hasta el 1974, ya es parte de la historia de este entorno. Algunos de los senderistas que esta mañana caminan sobre su recuerdo, viajaron en sus jardineras y aún sienten el traqueteo de su discurrir por las estrechas vías.
El tranvía de Sierra Nevada se planteó como un ambicioso proyecto de carácter eminentemente turístico que uniría Granada con Sierra Nevada. Su impulsor fue Julio Quesada Cañaveral y Piédrola, Duque de San Pedro de Galatino, Conde de Benalúa y de las Villas y Señor de Láchar.
En mayo de 1920 comienzan las obras del ferrocarril. La energía era dispensada por la central eléctrica construida en el río Maitena por la sociedad Eléctrica Maitena S.A., que con un salto de 265 metros serviría para alimentar el tranvía y al Hotel del Duque.
El 21 de febrero de 1925 se inaugura el tramo de Granada hasta Canales, en junio llega a Güéjar Sierra y en 1928 a la estación del Maitena, desde donde se subía al Hotel del Duque en coche de caballos. La prolongación desde Maitena hasta el Barranco de San Juan, con estación intermedia en el Charcón, se inauguró en 1947.
El tranvía de Sierra Nevada contó con 14 túneles y 21 puentes en sus casi 20 km de recorrido. Destacaba el puente del Blanquillo, las arquerías sobre el paraje de los Poyos Canaleros o la maravillosa Cueva del Diablo, cavidad natural a la que el tranvía accedía por sus extremos mediante dos túneles. Todos estos parajes se encuentran hoy bajo las aguas del embalse de Canales. Y es que la construcción de esta presa inundaría más de cinco kilómetros de trazado. El último viaje se realizó el 19 de enero de 1974.
Bajamos por el Camino del Sotillejo bajo almeces y castaños hasta llegar a la estrecha cola del Pantano de Canales. Dejamos atrás la Fabriquilla e irrumpimos en el paisaje otoñal; el sol se filtra entre las hojas de los bosques de ribera y escuchamos el murmullo del agua que cantarina baja desde las cumbres de Sierra Nevada. En los tramos donde el agua chorrea por las laderas, verdean musgos y culantrillos.
Tras pasar un túnel antes transitado por el tranvía llegamos a la confluencia del Genil con su afluente el Maitena. Continuamos primero por una vereda junto al río y luego por la estrecha carretera hasta llegar al Barranco de San Juan. Estamos en la Vegüeta del Caracol, en la junta de los ríos San Juan y Genil. Aquí tomamos el almuerzo y regresamos.
Cuando de nuevo nos encontramos con el río Maitena ascendemos por la carretera de la Solana. Entramos en el pueblo de un modo delicioso, tras los cencerros de un rebaño de ovejas recién paridas y sus corderos, una muestra de que la trashumancia sigue siendo una realidad.
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