Esta semana se ha celebrado en las escuelas de mil maneras el día internacional de la infancia y la adolescencia.
Nosotros aportamos nuestro granito de arena contándoles cuentos. El derecho a ser niños y niñas, a poder escuchar cuentos; historias que se cuelan en el aula, que nos acompañan junto a la almohada en los últimos instantes del día, que nos narran nuestros abuelos y abuelas mientras fijamos la mirada en su cara adornada de arrugas, en sus ojos llenos de brillos.
Setas y duendes, donde una gran seta está llena de historias que contar; El Flautista maravilloso, que intenta cambiar su pasado en Hamelin; Cuentos de papel y arena, donde nos dejamos llevar por las aventuras de un pirata que buscaba el miedo al mar y termino contando cuentos de arena; o el Viento Tarambana, en el que un loco hombre de los vientos nos habla de lo sucedido entre los habitantes de Sombrerania y Descubierta.
Es sin duda un regalo poder convertirse en cuenta-cuentos y obtener la inmediata recompensa de una sonrisa, de una mirada sorprendida.
Cuidar su infancia es una obligación y un privilegio de todos.
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