sábado, 3 de febrero de 2018

En el Púlpito


Este es un sendero que nos permite atravesar el Parque Natural de la Sierra de Huétor por zonas rocosas y bosques de pinos y encinas, disfrutar de buenas vistas del Cerro del Agua y del Cerro de las Calaveras y alcanzar las proximidades del nacimiento del Darro escondido entre la vegetación de ribera. Y lo que convierte esta ruta en un paseo inolvidable es la nieve que todo lo adorna.

El sendero comienza muy cerca de la casa forestal Los Peñoncillos. Antes de llegar a ella cogeremos una pequeña vereda que nos llevará directamente al corazón de la Sierra de Huétor. Nos encontramos inmersos en un fantástico pinar de repoblación donde destaca el pino resinero.


Nos adentramos en una zona denominada El Jardín, en la que el pinar se abre y cede terreno a las encinas, mientras a ras de suelo se entremezclan tomillos, romeros, jaras, mejorana y enebros.

Poco después de la Loma de los Corrales, pasamos junto a las ruinas de una cortijada. Estas piedras nos recuerdan el pasado de estos montes y cañadas. Continuamos a media ladera del cerro hasta el mirador de la Zarraca donde nos detenemos para mirar lejos. En primer plano la Cueva de los Marmoles.


Seguimos dirección norte por la Umbría del Polvorite atravesando nuevos barrancos, hasta conectar con la pista forestal del mismo nombre.


Descenderemos por un camino que discurre envuelto entre pinos negros, laricios y silvestres hasta llegar junto a la base del Cerro del Púlpito. Después de retomar fuerzas, subimos a esta mole de roca caliza de 1.426 metros de altura, que comparte grandeza con el Cerro de Garay, a la derecha, y con el Calar de los Mármoles, a nuestra izquierda.


Rodeamos el Púlpito y continuamos bajando hacia la Fuente de la Teja. Descendemos por la pista acompañados por alisos, sauces y álamos.

Y así, llegamos hasta el mirador Las Veguillas, lugar desde el que podremos contemplar el barranco del Darro. Siguiendo por el camino la pista nos lleva de nuevo a Los Peñoncillos.

Le deseamos mucha suerte a Dani y a Marta en su nueva aventura. Os regalamos la fuerza de los pasos trazados en los 12 kilómetros de la Cañada del Sereno. 

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