Uno de los objetivos de la actividad es asentar los pies en el pensamiento científico basado en la lógica, la razón, el materialismo ético. Dejamos a un lado el pensamiento mágico. La sociedad avanza a lomos de la experiencia y el método científico.

Las falacias cognitivas, las supersticiones y los milagros son corceles de humo. Pueden regalarnos felicidad y tranquilidad espiritual pero no son el sustento de una sociedad crítica.
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