Mientras todo lo anteriormente acontecía, con un ojo en el móvil y el alma y el orto ojo en la actividad, contábamos un cuento en el Gallego Burín, situado a la vera del Monachil en el barrio de Santa Adela.
Una escuela con huerto, gallinas, un montón de proyectos y un alumnado muy salado y participativo.
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