Hoy, en un día nublado y pelín ventoso, trazamos un triángulo por la Vega de Granada que se entrelaza con cuatro ríos: el Genil, y tres de sus numerosos afluentes, el Beiro, el Dilar y el Monachil. Este año, como está teniendo un invierno bastante seco, sus caudales son escasos.
Comenzamos en el Parque Periodista Tico Medína. Desde allí, por el carril bici que sigue el río Genil por su margen derecha, nos encaminamos hacia el oeste. A medida que penetramos la Vega, las hazas van estando cultivadas con cereal, ajos y habas. Algún ánade real nos sobrevuela y las garcillas bueyeras blanquean entre el verde.
Pasamos por la desembocadura del Beiro, que aporta su escaso caudal al Genil. Un poco más adelante llegamos a la del Dilar. Por un puente metálico caprichoso en su trazado, cruzamos primero el Genil y luego el Dilar, colocándonos en su margen izquierda.
Antes de aproximarnos al Puente de los Franceses (siglo XIX), nos fotografiamos junto a un abandonado secadero de tabaco. Es un homenaje a este elemento fundamental en nuestro paisaje rural.
Tomamos un camino a la derecha que nos lleva al Cortijo de La Trampa y al Puente de los Franceses que, la verdad, muy cuidado no está. Nos encontramos en Purchil (Vegas del Genil). Merendamos junto a un gran saúco; algunos recuerdan el juego infantil de hacer trabucos con sus tallos.
Seguimos el transcurso del Dilar, que pronto desaparece bajo su lecho de cantos rodados, vencido por su timidez y la falta de lluvias. El camino está escoltado por cañaverales y es prolijo en ramales y compuertas y muros que, en su día, evitaban las inundaciones de estos pagos. Al otro lado del río dejamos atrás el Camino de Ambroz y el de la Tarramonta.
Cambiamos de margen por un puente metálico y tomamos un camino que nos lleva hacia el Cortijo del Pino. Pero antes, nos desviamos a la izquierda para acercarnos al Cortijo Cámara.
Siguiendo la acequia Tarramonta, llegamos al Cortijo del Pino, donde visitamos su patio y el aljibe. Caminamos ahora entre frutales en flor hasta llegar a la antigua taberna de la Melchora.
Cruzamos la carretera del Barco y, por el carril bici caminamos hacia Granada. Donde la Tarramonta corta dicha carretera, tomamos una vereda a la izquierda que nos conduce hasta el Camino de la Requica. Vemos a agricultores recogiendo espárragos tempranos y sembrando patatas tardías.
Llegamos así hasta el río Monachil, que lo vadeamos para encontrarnos de nuevo en el Tico Medina.
Un paseo sencillo de unos 15 kilómetros por nuestra Vega, que, de vez en vez, merece una visita.
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