Tantos valles se entrecruzan, tantos arroyos y vaguadas. Si te despistas un poco y actúas como pollo sin cabeza, puedes encontrarte en mitad de un pinar sin saber donde encaminar tus pasos.
Preparando la subida al Alto del Majalijar, al improvisar en el descenso, terminé perdido del todo. La sensación no es nada reconfortante por muy manida que esté esa expresión de "que maravilloso es perderse en la naturaleza". Y sin cobertura. Menos mal que no llevaba un grupo de senderistas bajo mi responsabilidad (en este caso irresponsabilidad).
No hay comentarios:
Publicar un comentario