miércoles, 29 de enero de 2020

Ruta 15. La vega del Padul


En esta ocasión  nos dirigimos hacia el sur por una ruta milenaria que unía Iliberris con la antigua Sexi.  Dejamos atrás el lugar donde el Rey Boabdil contempló por última vez y lloró su  reino perdido y nos encontramos con un privilegiado lugar situado en la vertiente suroccidental del macizo de Sierra Nevada. Estamos en la Vega del Padul, donde visitaremos sus lagunas y turberas.


Realizaremos un itinerario sin cuestas por un terreno parcialmente labrado, salpicado de pequeñas lagunas y manantiales que vierten sus aguas a unos canales de drenaje denominados localmente “madres”.


La importancia de este lugar es grande, al ser el único humedal natural de la provincia de Granada. Además, cuenta con una peculiar turbera, la más meridional de Europa, en la que suelen aparecer con relativa frecuencia huesos de mamut.

Después de acercarnos, pasando por los antiguos cines, al lavadero y a la fuente de los cinco caños, saldremos de la Calle Real y nos encaminaremos hacia la laguna del Ojo Oscuro. Vemos las primeras anatidas, una pareja de ánades reales y un grupo de rechonchas fochas.


Tras conocer la desdichada historia del labrador y sus bueyes hechizados por los fuegos fatuos de la laguna, paseamos por las sendas trazadas por el entorno de la Laguna del Aguadero.


Algunos cormoranes descansan en los árboles sumergidos en mitad de las aguas calmas, solo levemente crespadas por la brisa.


Nos acercamos a la higuera centenaria; sus troncos se retuercen y entrelazan dibujando caprichosos trazos de los que penden nuestros deseos.


Posteriormente atravesaremos la vega del Padul en dirección a la Turbera Agia. Pasamos junto a las montañas de turba cuya negrura contrasta con el verdor del cereal recién nacido y el blanco que viste las cumbres de Sierra Nevada.


Siguiendo la linde de una madre llegaremos hasta el Arroyo Viejo y la Fuente del Mal Nombre, en la ladera del Cerro de los Molinos.


En este curioso lugar, donde resuenan los ecos de las risas de las lavanderas, visitamos las huellas del camino ibero-romano.

Finalmente nos encaminaremos hacia el pueblo del Padul por el Camino de los Molinos. Esta ruta se la dedicamos a Paqui, nuestra enfermera paludeña.

59 senderistas, 11,5 km recorridos, 190 km acumulados. 

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