sábado, 22 de febrero de 2020

Los Gudaris y las Lagunas del Padul



En esta ocasión  nos dirigimos hacia el sur por una ruta milenaria que unía Iliberris con la antigua Sexi.  Dejamos atrás el lugar donde el Rey Boabdil contempló por última vez su  reino perdido y nos encontramos con un privilegiado lugar situado en la vertiente suroccidental del macizo de Sierra Nevada. Estamos en el entorno de las Lagunas de El Padul.


Comenzaremos subiendo las estribaciones del Manar. La denominación vereda de los Gudaris se debe a que estos caminos fueron labrados por por soldados vascos presos durante la guerra civil, en el presidio instalado en la casa solariega del Padul conocida como Casa Grande.


Después de cruzar varios barrancos por unos diques bien conservados, se inicia una subida zigzagueante que salva un desnivel de unos 350 metros.



Llegamos a la Cañada de la Cruz de la Atalaya. Se continúa por un cortafuegos que nos conduce a la cruz de la Atalaya (1240 m).



Una centena de metros más abajo se encuentra el mirador del Padre Ferrer, donde un monolito deja constancia de la admiración del montañismo hacia la figura de este hijo predilecto del Padul.

Bajamos hasta el Abrevadero de los Albatrales donde descansamos.


Allí encontramos la vereda que tomaremos en descenso hasta llegar de nuevo al Padul, pasando por el entorno del Barranco del Voladero.



Luego complementaremos la ruta con un paseo por las lagunas del Padul. La importancia de este lugar es grande, al ser el único humedal natural de la provincia de Granada. Nos dirigiremos a la laguna del Ojo Oscuro. Desde allí caminaremos por las sendas trazadas por el entorno de la Laguna del Aguadero.


Recorremos así unos 11 kilómetros, veinticinco senderistas y cuatro perros.

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