Todos sabemos lo bien que nos hace sentir el contacto con la naturaleza. Lo hemos experimentado durante milenios. Los sonidos del bosque, el olor de los árboles, la luz del sol jugando con las hojas, el sabor del viento...
En japonés hay una palabra para definir estas sensaciones: lo "yugen". Es el compendio de sensaciones que te rodean cuando paseas por el campo. Pero se nos está olvidando.
Por eso es fundamental que los niños y las niñas cuando son pequeños vivan aventuras en la montaña. Necesitan sentarse en la hojarasca, ensuciarse las manos, sentir la rugosidad de la corteza de los árboles.
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