Colocamos una serie de hitos en distintos puntos de la zona que nuestros intrepidos chicos y chicas debían encontrar en el menor tiempo. Para localizarlos llevaban un mapa y una serie de fotografías.
Una excusa perfecta para hacer deporte en la naturaleza y para conocer esta magnífica sierra. Le echaron muchas ganas y buen sentido del humor.
Esta isla montañosa en mitad de la Vega
está formada por dos macizos diferenciados, Sierra Elvira que es el principal
núcleo y la Sierra
de Atarfe, algo desprendida de ella en dirección sureste y unida a la anterior
por el Collado de los Pinos.
Es pequeña en
extensión y altitud pero esconde muchos tesoros: su paisaje, el bosque
mediterráneo, las orquideas, sus rocas calizas, los fósiles marinos y los animales endémicos,
exclusivos de estas sierras.
Su población de mariposas es impresionante y sólo
aquí nos encontramos con un caracol adaptado a vivir en las grietas de las
rocas, el Iberus
gualtierianus, la almeja o chapa de Sierra Elvira.
Y su historia no es solo natural. La atalaya árabe del siglo XIV servía de punto de
vigilancia conectado con la
Torre de la
Vela de la
Alhambra. En la cara norte del cerro donde se encuentra este torreón existía el poblado
árabe de Xaufí, donde se encontraba la guardia de la atalaya. Tras la llegada de
los visigodos creció una ciudad de gran importancia en las faldas de Sierra
Elvira: Castilia – Medina Elvira, que se convierte en el núcleo de población
más importante de todos los contornos.
Muchos son los que se han enamorado de estos parajes. Al parecer Juan Ruiz era unos de ellos. Coincidiendo con este juego de orientación Protección Civil encontraba, en el Tajo Colorao el cadáver de este biólogo desaparecido hace unos días. Accidentes como estos dan que pensar.
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