martes, 30 de abril de 2019
Pequeños muy capaces.
Hacer actividades en la naturaleza con niños de educación infantil es de los trabajos más gratificantes.
Todo es una sorpresa, cualquier objetivo un maravilloso reto. Son inquietos, atrevidos, curiosos, divertidos. Les dices que abracen un árbol y acerquen el oído a su corteza para escuchar que es lo que les susurran; lo hacen al instante y las narraciones de sus conversaciones con el pino o la encina son fascinantes.
Y son capaces de alcanzar metas más complejas que las que les presuponemos. Es importante no hacer propuestas imposibles que generen frustración, pero tampoco debemos tener miedo a subir un poco el listón confiando en que sean capaces de saltar alto.
Además, es de vital importancia propiciar estos encuentros en tempranas edades; es imprescindible para alcanzar una adecuada psicomotricidad y para establecer vínculos con lo natural.
Hoy estuvimos en la Sierra de Huetor con niños y niñas del la escuela infantil Arco Iris de Churriana. Subimos hasta las trincheras del Cerro del Maullo. Disfrutamos de una mañana primaveral y la presencia de padres y madres y de docentes muy apañados contribuyó activamente al éxito del itinerario de interpretación.
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