miércoles, 24 de abril de 2019

Ruta 26. Los caminos de Diezma.


Hoy hemos dado un bonito paseo por las veredas de Diezma. Y antes de describir la ruta, agradecer a nuestros y nuestras senderistas de esta localidad la magnífica mañana que nos ha regalado.

Nos encontramos en Sierra Arana, en una villa situada entre su ladera sur y el curso alto del Río Fardes. Nuestro paseo, que rodea el Cerro de San Blas, presenta dos paisajes muy contrastados: las suaves planicies donde ondea el cereal y las barranqueras que circundan el profundo valle del río Fardes.  Y siempre, como telón de fondo, el perfil de Sierra Nevada donde se impone el Picón de Jeres y el Mulacén.


Nada más llegar, nos recibe el alcalde en el Ayuntamiento y nos obsequia con anís, aguardiente de cerezas, tortas y roscos, que estando cerca San Blas, no pueden faltar. Un buen comienzo.

Por la Calle de la Cruz, llegamos hasta la iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación, originaria del siglo XVI, pero reconstruida con posterioridad.


Seguimos por el Pasaje de Palacio, que hace referencia a la casa señorial de los Marqueses de Diezma, familia Pérez de Barradas que recibe de Carlos II dicho título.  Llegamos hasta el Estanque de Fuente Nueva, que recoge las aguas del manantial para regar todos estos pagos.

Continuamos ahora hacia el Cerro de San Blas por el Camino de Darro. En febrero, en este cerro, se celebra una romería llena de tradiciones y encantos.


Dejamos la carretera y nos desviamos por un carril a la derecha, entre olivos y almendros. Estos cultivos arbóreos son luego sustituidos por amplios llanos de cebada y avenate. Olas verdes a nuestro alrededor y, al fondo, el blanco perfil de la sierra.


Cruzamos la autovía y, después de atravesar un olivar y zonas de cereal adornadas con amapolas, llegamos a Los Pinos. Caminamos por la linde de este bosque de coníferas.  Al otro lado del mismo nos encontramos con el río Fardes y la cola del pantano de Francisco Avellán.



Si seguimos por esta vereda, la Cañada Real de los Potros, llegamos a una antigua cortijada hoy en ruinas; hablamos de Las Albiñuelas, donde nos detenemos a tomar la fruta junto a una fuente lavadero.


Seguimos ahora el desvío a La Peza y pocos metros después, tomamos el Cordel del Río Fardes, pasando junto a las ruinas del Cortijo de Jibar donde vivía el guarda de toda esta zona.


Nos dirigimos ahora hacia Diezma entre olivares y antiguas acequias de riego. Llegamos a la Fábrica de Aceite Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Nos enseñan todo el proceso de extracción del aceite y disfrutamos una cata de los distintos aceites que producen, todos ellos bajo la denominación "Diez+Oro". Y aunque estemos en Diezma no tendremos que pagar “diezmo alguno”.

La comida la realizaremos en el Mesón El Quinto Pino. Donde brindamos por nuestros anfitriones diezmeros. Muchas gracias.

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