sábado, 22 de octubre de 2022

Comienza el senderismo de Casa de Porras.

Un año más iniciamos las rutas del grupo de senderismo de Casa de Porras. Partimos del Palacio del Almirante para dirigirnos a la emblemática Acequia Real por el Paseo de los Tristes. 

Seguimos el Darro hacia el Valle del Valparaiso, cruzamos el puente del Rey Chico y nos encaminamos hacia la Fuente del Avellano. 

Esta placeta empedrada es un lugar ampliamente valorado desde época árabe, porque sus aguas, que nacen en la ladera de la Silla del Moro, eran de excelente calidad, muy puras y saludables. Son las últimas lágrimas de la sultana Aixa, la madre de Boabdil, que llora tras ser abandonada por Muley Hacen enamorado de la cristiana Zoraida. Su sabor es agrio, amargo y fresco. Su color, cristalino, porque es agua de hadas y encierra los misterios de la colina de la Alhambra.

Durante décadas el agua del Avellano era captada cada día por grupos de aguadores que con sus cántaros la transportaban para venderla en la ciudad, donde voceaban sus bondades para el cuerpo y el alma.

Este lugar es también el punto de reunión de una cofradía llamada del Avellano, una reunión de amigos sin domicilio ni reglamento, semejante a una academia helénica, presidida por Àngel Ganivet (Granada, 1865-Riga, 1898). Fue un escritor y diplomático español, precursor de la generación del 98. Su fatalismo lo llevó a suicidarse tirándose desde un barco al río Dvina. "Estoy aburrido, hastiado, malhumorado, melancólico, abrumado y entontecido" escribió en una carta. Le hubiera venido bien venir de senderismo. 

Retrocedemos unos metros, y tras dejar atrás el triste Tajo del Pollero (había gente que tenía el Dvina demasiado lejos), tomamos una subida que parte a nuestra izquierda. Y entre durillos y almeces ascendemos. 

Alcanzamos la Acequia Real o Acequia del Sultán, que suministró agua a la Alhambra durante casi tres siglos. El canal arranca seis kilómetros aguas arriba del río Darro, en una presa llamada Real y situada en las proximidades de Jesús del Valle. 

Muhammad I, también llamado Alhamar, el primer sultán y fundador de la dinastía Nazarí de Granada, sabía bien de la urgencia de llevar agua a la colina de la Sabika. Mandó construir en el siglo XIII la al-sāqilla al-Sultān, con cuya agua construyó gran parte del recinto amurallado original. 

La Acequia Real va manteniendo la cota y separándose del río a medida que avanza por la margen izquierda del cauce del Darro. Tras atravesar el gran barranco de las Tinajas se dirige hacia la Alhambra cruzando barrancos menores. Se construyó de dos maneras: excavada en el propio terreno o en galería, es decir, subterránea. Se divide en la acequia del Tercio y de los Dos Tercios que llega hasta la colina del Mauror.

Recorremos un breve tramo de la acequia original para luego ascender hasta el camino que sigue el trazado de la acequia moderna del siglo XVI (aquí llamamos moderno a algo que tiene una pila de siglos). Forma parte de las importantes reformas que hicieron los cristianos para abastecer de agua a Granada y la Alhambra.

Continuamos por esta vereda por la umbría del Cerro del Sol. Al otro lado del Darro la solana del Sacromonte desde donde nos contempla la Abadía. Y el negro incendio que arrasó hace pocos meses esas laderas. Encinas, coscojas y numerosos lentiscos o cornicabras con sus agallas, cuna de pequeñas mosquitas y fábrica de una resina gomosa con olor a trementina.

Llegamos hasta el quejigal donde el sol se filtra despertando otros brillos. Una vereda que parte a la izquierda nos permite descender hacia el río Darro. Si ascendiéramos por una vereda que parte a la izquierda y hemos dejado atrás, llegaríamos hasta un nuevo carril que va parejo a un ramal de la acequia de los Arquillos que toma el agua del río Aguas Blancas. 

Siguiendo el Darro llegamos, tras recorrer veredas rodeadas de olivos, a Jesús del Valle, una hacienda-cortijo que fue creada por los Jesuitas en el Siglo XVI. 

Se sitúa en el llamado pago de la ribera del Darro y Andarat. Lo que uno puede ver son sólo ruinas, pero tienen un gran valor histórico: es uno de los mejores ejemplos de hacienda-cortijo de la época y clave para el estudio de las explotaciones agrícolas y ganaderas de la Iglesia y del papel económico que jugó la Compañía de Jesús en aquellos siglos. Por eso Jesús del Valle fue inscrito, en junio de 2005, en el catálogo general del Patrimonio Histórico Andaluz, con la categoría de monumento.

Nos acercamos hasta la bonita presa del siglo XIII donde toma el agua la Acequia Real.

Regresamos por las mismas veredas siguiendo ahora una acequia, rodeada de cola de caballo, que transcurre junto al Darro. Encontramos un simpático sapo común al que le presentamos nuestros respetos. Llegamos al Camino de Beas tras cruzar de nuevo el Darro.  Y llegamos al Sacromonte que recorremos por la Vereda de Enmedio, deteniendonos en la emblemática fuente de la Amapola. 

Y así finaliza nuestra ruta de 16 kilómetros y 310 metros de desnivel acumulado. 

No hay comentarios: