Intentamos buscar el otoño, pero no lo encontramos. Mucho calor y poca humedad en un octubre donde los membrillos no precisan de más temperatura para madurar.
Al bajar del bus y dar los primeros pasos, escuchamos a algún ciervo despistado berrear. Que ya es tarde y es cuando sale y se pone el sol cuando les gusta ligar. La época habitual de la berrea comienza a mediados de septiembre y termina a mediados de octubre. El próximo año madrugaremos más.
El amor hay que ganárselo. Lo sabemos todos y también los ciervos, que lo demuestran cada otoño atronando los bosques con la berrea. Para garantizar el futuro de la especie, los machos compiten por el poder y la jerarquía ante la atenta mirada de las hembras. El gen egoísta en acción haciendo locuras de las suyas.
Pero describamos la ruta. Partimos de un aparcamiento situado a unos 200 metros del Cortijo Narváez. Caminamos hasta llegar al área recreativa de La Canaleja Alta.
Tras atravesar un puente, arranca una vereda a la derecha junto a lo que pudo ser un antiguo pozo de nieve. Comenzamos un ascenso moderado por el Barranco de Narváez. Este primer tramo es un sendero estrecho y cubierto que nos adentra en las entrañas del bosque. El muérdago cuelga de las ramas de los pinos mostrando sus redondos frutos blanquecinos. Pasamos junto a un viejo pilón. Seguimos en moderado ascenso hasta llegar a la Fuente del Olvido.
Seguimos por esta vereda siempre a la sombra de encinas y pinos. Pasamos junto un mirador desde el que se contempla los cortijos de Narvaez y Casimiro. La abandonamos ascendiendo por otra que nace a la derecha marcada por un hito de piedras. Subimos zigzagueando en paralelo a un cortafuegos.
Llegamos a la cota más alta. Desde la cima, marcada por un mojón, contemplamos el paisaje: destaca el Calar de Santa Barbara (2.271 metros) al sur y el Jabalcón al norte. Atravesamos el cortafuegos y comenzamos una bonita bajada con el Calar siempre al frente.
Esta vereda, llamada de Angulo, desemboca en una pista forestal. La tomamos a la derecha ascendiendo en pocos metros hasta el Área Recreativa de la Canaleja Alta, generosa en sombra y fuentes. Dos grandes secuoyas se alzan como las reinas del lugar.
Retornaremos, siempre en bajada, por la cómoda pista forestal. Antes de llegar al Cortijo nos desviamos hasta el Mirador de Narváez. El nombre se debe al Espadón de Loja, como se conocía al duro y todopoderoso general Ramón María Narváez durante el reinado de Isabel II. Este político tiene pinta que debía berrear fuerte.
55 amigos y amigas, 11 kilómetros recorridos, 23 km acumulados.
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