La percepción del paisaje es un concepto adulto. Cuantas veces, cuando nuestros hijos eran pequeñitos, nos extasiábamos ante una maravillosa panorámica al tiempo que ellos no levantaban la cabeza y jugaban con un palito en la tierra, focalizando todos sus sentidos a ese micropaisaje.
Elevar la vista y apreciar los distintos planos del paisaje precisa de un aprendizaje y de una madurez del modo en el que nos relacionamos con nuestro entorno.
En los paseos por la Vega les invitamos a contemplar, a retener los diversos recortes que construyen nuestro telón de fondo. Es un entorno rico en planos y elementos paisajísticos; y nos empeñamos en que los perciban.
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