Sin lugar a dudas, nuestra ciudad es maravillosa para la gente que nos dedicamos a enseñarla, a interpretarla, a rebuscar rincones e historias.
Y el Albaycín es un barrio en el que seguimos las huellas del duende Martinico desde hace muchos años. Aljibes, plazas y placetas, calles estrechas que enmarcan distintas visiones alhambreñas, miradores...
En esta ocasión recorremos este paraíso urbano con la compañía de chicos y chicas del CEIP Fuentenueva.
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