Esta mañana visitamos las localidades de Vélez de Benaudalla y Motril. Pero ni disfrutamos de jardines nazaríes no comimos pescadito en un chiringuito de la playa.
Acompañamos a Antonio Pérez y a sus ingenieros e ingenieras químicos a las visitas de dos centros de gestión de residuos: la planta de recuperación y compostaje de RSU de Vélez y el centro de gestión de residuos orgánicos de invernaderos de Motril.
El centro de Vélez recoge los residuos domésticos de la costa de Granada y las Alpujarras. Separan lo orgánico de lo inorgánico transportándose esta última fracción a la Ecocentral granada de Alhendín. Los biorresíduos se transforman en un biosólido estabilizado a través de su compostaje convencional por volteos.
Visitar esta planta es bastante interesante ya que, aunque se ha quedado obsoleta, podemos recorrerla a pie y meternos sobre las celdas del vertedero, aproximándonos a todas los elementos del proceso.
Luego, no sin ciertas dificultades, nos acercamos a la planta de residuos de invernadero de Motril. En este centro se recepcionan los residuos derivados de los invernaderos, ya sean restos vegetales mezclados con las rafias y las anillas plásticas o el estrío de distintos productos.
En este lugar se realiza un compostaje en túneles a través de una aireación forzada. Es un lugar interesante de visitar, aunque se evidencia con claridad el mal estado de las instalaciones.
Agradecemos la simpatía de los participantes y todo lo aprendido gracias a las explicaciones de Antonio. Pudiendo estar en jardines históricos o a la orilla del mar, es de agradecer su inmersión en la gestión de los residuos; es evidente que es aquí donde nos jugamos un futuro circular y sostenible para el que precisaremos el ingenio de los ingenieros.
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