Cuando la repetición es un reto.

Estos días estamos realizando en los distintos centros de la Zona Norte de Granada la actividad Títeres y emociones donde trabajamos educación emocional con niños y niñas de 1º y 2º de primaria. 

Esto implica repetir varias veces a la semana la misma escenificación, contar la misma historia, hacer una y otra vez los mismos chascarrillos con las marionetas. Tanto para el titiritero como para el cuentacuentos es un reto: poner intensidad y alma en una acción repetitiva. 

Creo que es un indicador de profesionalidad el conseguirlo, en darte cuenta que aunque para ti, evidentemente no es novedad, sí lo es para el público que te acompaña. Incluso tener tan interiorizado el cuento que te puedas volcar en interpretarlo con todo el arte y sincronización con las marionetas que puedas alcanzar. 

En las fotografías estamos en las escuelas Arrayanes, María Zambrano y Miguel Hernández. Gracias por vuestra grata acogida.