Hemos puesto en valor un espacio de gran interés del CEIP María Zambrano de Granada.
En esta escuela, además del edificio, los magníficos docentes y el simpático alumnado, hay un rincón de naturaleza, un pequeño bosquete con gran variedad de árboles y con terreno muy adecuado para instalar un amplio huerto escolar.
Y eso hemos hecho. Primero, con el motocultor, la desbrozadora y un buen escardillo limpiamos y adecuamos el espacio.
A la semana trabajamos en el huerto con todas las clases de infantil y primaria. Con estos agricultores y agricultoras sembramos habas, guisantes, espinacas, rábanos, ajos castellanos y tupinambos. Y plantamos matas de coles, coliflores, brécol, lombarda, escarola, lechuga, acelgas, cebollas y alcachofas.
Además repicamos pino carrasco pasándolos de la bandeja de germinado a contenedores mayores. Con ellos creamos un pequeño vivero forestal en el huerto.
Desarrollamos así una actividad cooperativa entorno al huerto escolar, al tiempo que nos familiarizamos con las labores propias de la actividad agrícola. Nos aproximamos al conocimiento de la importancia del suelo fértil y de los productos hortícolas que se cultivan en él. Y establecemos línea directa entre los suelos fértiles y el cambio climático.
Además, potenciaremos el valor de la agricultura ecológica frente a los patrones convencionales y a las consecuencias negativas que tienen sobre el medio ambiente y nuestra salud.
Por otro lado, conocemos algunos de los árboles de esta escuel. Darles nombre y saber historias respecto a su procedencia, biología, usos y curiosidades nos permite identificarnos con ellos. Es el primer paso para apreciarlos y respetarlos. Y allí encontramos un serval, un acebuche, encinas, almeces, olmos...
Es una labor divertida y muy gratificante, por que la mayoría de niños y niñas establecen un vínculo con la tierra y disfrutan plantando y sembrando.
Agradecemos a los maestros y maestras y al alumnado en prácticas su acogida, cariño, implicación y confianza.
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