miércoles, 16 de noviembre de 2022

El Valle del Oro y la Presa Real.

Hoy realizamos una preciosa ruta de esas que parten y retornan a nuestra ciudad, un zig-zag que cruza múltiples veces el Genil y el Darro ya que rodeamos el Cerro del Sol pasando de la vega del Genil a Valparaiso. 

Pasaremos por el Valle del Oro y alcanzaremos un paraje oculto, la Presa Real. Normalmente no la tenemos como destino, pareciera estar más allá de los caminos habituales de los senderistas que recorren las veredas del entorno alhambreño, que parecen tener en la ancestral hacienda y los molinos de Jesús del Valle como punto de retorno. 

Y tenemos el placer de caminar con el cielo nublado y un chirimiri ocasional. Los colores están encendidos, recuperan la claridad al recibir luz filtrada, húmeda. Los charcos existen. 

Partimos desde Los Escolapios desde donde nos dirigimos a Puente Verde. El puente actual se construyó a principios del siglo XIX, en sustitución de otro de madera y hierro que estaba pintado de verde; de ahí su nombre. 

Allí tomamos el Camino de la Fuente de la Bicha, paseando junto al río Genil. Antes de llegar a la presa donde toma el agua la Acequia Gorda, nos desviamos a la izquierda pasando bajo el propio camino, siguiendo un ramal de dicha acequia. Llegamos así a La Lancha. 

Nos dirigimos hacia la ermita de la Virgen de Fátima, donde tomamos el Carril de Los Filtros para iniciar el ascenso por el Hoyo de la Campana. 

Estamos en el Valle del Oro, donde nos encontramos con cuevas, perforaciones, lavaderos, puentes y antiguas edificaciones de una explotación minera francesa de finales del siglo XIX, destinada a la extracción de oro. Pero ya los romanos tenían esta dedicación, explotando la zona mediante un sistema denominado "ruina montium", donde grandes chorros de agua descarnaban los cerros arcillosos provocando su derrumbe, para luego poder filtrar las pepitas de oro de entre la masa de derrumbe obtenido.

Ascendemos por el carril principal para, a la altura de un puentecillo y una ventana en los conglomerados, desviarnos por una angosta vereda a la derecha. El suelo está acolchado por las hierbas que amarillean. 

Nos conduce a un carril que nos llevará al Camino del Cerro del Oro, por encima de Cenes. Llegamos así a los Arquillos. Aquí, el agua procedente del río Aguas Blancas conducido a través del Canal de los Franceses divide sus aguas por ambas laderas del cerro del Sol.

Bajamos desde los Arquillos hasta Jesús del Valle, una hacienda-cortijo que fue creada por los Jesuitas en el Siglo XVI. Lo que uno puede ver son sólo ruinas, pero tienen un gran valor histórico: es uno de los mejores ejemplos de hacienda-cortijo de la época. 

Y nos acercamos hasta la Presa Real construida por Muhammad I en el siglo XIII. El emir sabía que su sueño, la Alhambra, nacería aquí, en este pequeño azud del Darro, donde nace la Acequia Real, un complejo sistema de conducciones que llevaba el agua hasta los altos del Generalife.

En este precioso paraje, rodeado de fresnos y mimbreras, en mitad de las áridas tierras dominadas por los olivos, nos detenemos a almorzar. 

Retornamos pasando por el molino de Jesus del Valle, donde nos detenemos a ver los puentes y su entorno.

Regresamos a Granada siguiendo el Darro, que debemos cruzar en tres ocasiones, hasta llegar al caminos de Beas. Caminamos protegidos por un otoñal bosque de ribera, junto a una acequia custodiada por cola de caballo. 

Al llegar al Sacromonte nos alzamos a la Vereda de Enmedio para darnos el gusto de pasar junto a la fuente de la Amapola y contemplar el sueño cumplido de Muhammad I, Alhamar para los amigos. 

Pero antes, en el Puente Mariano, nos detenemos a hablar con Maria Angustias Contreras Rodríguez, viuda de Mariano, con la que Juan recuerda los buenos ratos disfrutando de sus tapas. Como en tantas ocasiones, la mujer, sin calle ni puente, seguramente era la responsable de la fama del lugar. 

Junto a la estatua del Chorrohumo damos por finalizada esta ruta de unos 16 km y 365 metros de desnivel acumulado, que es paisaje e historia de nuestra ciudad. 


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