miércoles, 27 de noviembre de 2019

R9. Del Genil al Monachil.


En la ruta de hoy hacemos un cambio de valle; partimos del río Genil y llegamos al río Monachil.

Las laderas que separan ambos valles dibujan la linea del Camino de los Neveros, utilizado por los arrieros que desde Granada subían a la Sierra en busca de hielo. Desde el puente verde en Granada, los neveros forjaron esta senda a golpe de sudor, alpargatas y herraduras hasta las altas cumbres para bajar su frescor en forma de bloques de hielo con que combatir los tórridos veranos. Fue usada también como vía pecuaria para trashumancia de reses bravas hasta Sierra Morena.


Es difícil imaginar a estos hombres con sus mulas de carga. Portaban capachos, seroncillos de pleita forrada de anea, serones de esparto y una tabla, el "barbero", para tapar la nieve y poner la manta. Y en sus bolsillos una navaja, tabaco de liar, mecheros de yesca y sueños rotos.


Iniciamos la ruta de hoy desde Los Escolapios, junto al río Genil. Caminamos hacia Puente Verde y tomamos la vereda de la Bicha hasta la fuente que le da nombre. Un poco más adelante arranca una cuesta muy pendiente, que ignoramos.

Proseguimos hacia delante, seguidos por la atenta mirada de un mulo que no añora los esfuerzos de sus antiguos congéneres que seguían esa ruta, los compañeros de fatigas de los neveros.


Ahora la vereda se adentra en un pinar y pone a prueba nuestras piernas con un bonito trazado de subidas y bajadas. Pasamos por el escondido mirador de Cenes de la Vega donde nos fotografiamos con el Valle del Oro al fondo.


Continuamos hasta llegar a un olivar tras el cual está el inicio del Barranco de los Indios. Es una barranquera muy erosionada rodeada de viejos pinos. Lo ascendemos con no poco esfuerzo hasta alcanzar la Cañada Real de la Cuesta de las Cabras, el Camino de los Neveros.


Nos damos un respiro e iniciamos la Cuesta del Desmayo. Ya estamos en la cuerda que separa los valles del río Genil y del Monachil.

Tras caminar los primeros 700 metros de esta cuesta tomamos un desvío a la derecha. Pero antes hacemos una parada para el bocadillo.


Ahora la vereda va salvando barranqueras hasta llegar a una era de trillar situada en una encrucijada. Si caminásemos por la derecha llegaríamos al Cerro de la Encina donde encontraríamos un yacimiento agárico (1.300 años a C). Si ascendemos por la vereda central nos alzaríamos hasta la cruz de Monachil. Un chico intrépido acepta el reto y se alza hasta la cruz para fotografiar a los demás senderistas que han decidido tomar la vereda de la izquierda.


Dicho camino nos lleva hasta el pueblo de Monachil por el llamado camino de San Antón.


Como hay que esperar un rato para coger el bus, nos regalamos unas cervezas... Y ya no puedo contar más, ya que como dice mi amigo Paco, "lo que ocurre en el sendero se queda en el sendero".

45 senderistas, 11 kilómetros recorridos, 115 km acumulados.  

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