Hoy realizamos senderismo cultural en Aldeire, un bonito pueblo de la comarca de Guadix ubicado en el Marquesado del Cenete, a las faldas de la cara este de Sierra Nevada.
Llegamos a uno de los pueblos más altos de la Península (1.277 m.) cuyo nombre se debe a la palabra árabe "Dayr" que significa refugio o lugar de descanso.
Como si fuésemos arrieros en dirección a la Alpujarra, nos detenemos y disfrutamos de la hospitalidad de Francisco, Noelia y Puri, que nos acompañan durante toda la mañana. Con el cariño de quien se siente identificado con el lugar en el que vive y por el que trabaja, nos cuentan la historia de este pedacito de planeta.
Fracisco Galiano, que aunque es ingeniero pareciera historiador, tras recibirnos en el ayuntamiento y regalarnos una replica del Castillo de la Caba, nos cuenta el devenir de Aldeire desde las poblaciones de la cultura del Argar aquí asentadas hace más de 5.000 años. Nos muestra, en el cerro frontero, el Castillo de la Caba o de la Cuesta del siglo XI. Junto a el el Sagrado Corazón.
Luego nos dirigimos a los Baños Árabes pasando junto al cementerio. Al parecer en este pueblo nadie puede morirse, ya que no les queda sitio para reposar en el camposanto. Junto a la entrada de los baños nos habla de un personaje que determinó el devenir de este lugar y gracias al cual se conserva este hamman; se trata de Doña Mecías de Mendoza.
Entramos en los baños, hasta hace poco tiempo, lugar donde se estabulaba el ganado. Lo recorremos al revés, desde la leñera al vestíbulo pasando por la sala caliente y la templada.
Luego recorremos los barrios de Secano, Las Torres y Triana. Pasamos junto a la otoñal Fuente del Secano y por el Mirador de Cayetano Triviño, un sacamuelas hijo predilecto de la localidad. Y hacemos una parada obligatoria en una panadería para degustar los roscos y panes del lugar.
Por la rambla de Triana llegamos al Río Benejar. Tomamos ahora una vereda que nos conduce a el área recreativa de La Rosandrá. Almendros y centenarios castaños nos prestan su sombra. Al frente el Morrón del Mediodía donde el sol hace brillar sus pizarras. A los lados los cerros San Juan y el San Juanero.
Hacemos una parada en la Rosandrá, que significa zona arbolada. El río Benejar corre limpio y cantarín a nuestra izquierda.
Pasamos por un bonito puente colgante y regresamos por la margen contraria hacia Aldeire, pasando por la zona de los Molinos. Nos encontramos con antiguas acequiar delimitadas por lascas de pizarra.
Terminamos en la Iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación. Construida en 1501 sobre el solar de la antigua mezquita musulmana, incorpora influencias renacentistas al estilo mudéjar. Consta de una nave central con el artesonado mudejar mejor conservado de la Diocesis de Guadix.
En fin, un pueblo que, gracias a nuestros cicerones, se ha convertido en un encantador refugio para esta mañana otoñal.
56 senderistas, 7 kilómetros recorridos, 68,5 kilómetros acumulados.
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