miércoles, 12 de enero de 2022

El Puente de los Franceses

Comenzamos el año con una ruta sencilla, bajo un cielo nublado, en la que acompañaremos al Genil en su transcurrir perezoso por la Vega, encontrándonos con tres de sus afluentes.  Veremos como el Beiro, el Dilar y el Monachil aportan sus aguas al río al que rinden tributo. 

Partimos del Parque Tico Medina. Desde allí comenzaremos a caminar por la vereda que sigue el Río Genil hacia el oeste. Pasaremos por la desembocadura del Beiro y llegaremos a la del Dilar. Hoy guía Oscar y Moha.

El río Genil es el segundo río más grande de Andalucia. Nace en los picos de Sierra Nevada, bajo el Mulhacén (3.482 m de altitud) y el Veleta (3.396 m de altitud). Procede de la unión de otros pequeños ríos de montaña, que conforman su cabecera.

Sus afluentes más importantes por caudal y extensión son el río Cubillas con cabecera en los manantiales de Deifontes, el río Cabra que nace en el paraje de la Fuente Del Río de Cabra y el río Cacín, con cabecera en la Sierra de la Almijara. Otros afluentes del Genil son los ríos Beiro, Monachil, Aguas Blancas, Darro y Dílar.

El origen etimológico de su nombre deriva del término latino Singilis, "Sil" es una forma de origen paleoeuropeo que significa gotear, correr o húmedo. Los árabes lo transcribieron como Sinyil, Sannil y Sinnil, muy poético este último nombre, "Mil Nilos" en alusión a los numerosos afluentes que recibe de Sierra Nevada y que, en su confluencia con la Vega de Granada, nada tenía que envidiar al rio de Egipto. Posteriormente se llamó Guad al-Xenil para derivar a su forma traducida actual, río Genil.

Tras visitar el Puente de los Franceses o Puente Francés, ya en Purchil (vegas del Genil), seguiremos el transcurso del Dílar. 


Este puente sobre el antiguo cauce de un meandro del río Genil, es una estructura de sillería del primer tercio del siglo XIX. Representativo de la arquitectura francesa, presenta un solo ojo con arco rebajado. Fue construidos construido seguramente por las tropas napoleónicas para la ocupación de Granada.

Luego seguiremos el trazado de la acequia Tarramonta. La palabra Tarramonta, según el arabista granadino Luis Seco de Lucena, deriva de la expresión latina “Terra Morta”. Parece una cierta contradicción ya que esta arteria de la vega lo que proporciona es verdor y vida. 

Aunque pensábamos desviarnos hacia el Camino del Baño dirección a Churriana de la Vega, retornamos caminando por la cañada real de La Requica. 

De todos modos, aprovecho para contaros algo de los baños que dan nombre a ese camino. Los baños árabes de Churriana de la Vega se localizan integrados en el interior de una vivienda, en los límites urbanos de la localidad, cerca de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Visitación y próximos a la Acequia de Arabuleila, de la que se abastecía.

Corresponden a la tipología de baños rurales. En estos “hamman”, primaba fundamentalmente la funcionalidad, careciendo de elementos estéticos y de grandes salas. Los baños de Churriana presentan una estructura muy sencilla. El edificio es de planta axial, donde las tres salas húmedas (fría, templada y caliente) se disponen en paralelo, una tras otra, a lo largo de un eje de la planta.

Fueron construidos durante la dominación nazarí. Se calcula que se levantaron entre mediados del siglo XIII y el siglo XV. En la segunda mitad del siglo XVI, tras la expulsión de los moriscos, dejaron de tener su función de baño, y fueron destruidos en gran parte. Desde entonces comenzó a utilizarse como almacén, cuadras y vivienda. Estuvo habitado desde el siglo XVI hasta 1996.


En el 2022 seguimos caminando. 

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