miércoles, 1 de junio de 2022

Fin del curso 21-22 en Las Mimbres.

Qué mejor elección que la Sierra de Huétor y el área recreativa de Las Mimbres para poner el punto final del curso 21-22 del Senderismo Buenos Aires. Desde hoy hasta los primeros días de octubre, habrá un extraño vacío todos los miércoles. Acabamos de terminar y ya sentimos cierta morriña. 

Con esta magnífica pandilla de senderistas, trazamos una preciosa ruta circular con la que nos introducimos en el sector nororiental del Parque Natural de la Sierra de Huétor partiendo del Área Recreativa de la Fuente de los Potros. 

En esta ruta combinamos la fuerza de las Cascadas de Prado Negro con la magia y serenidad de la Acequia del Fardes recorrida desde su nacimiento en la Fuente Grande, por cuya servidumbre aún sentimos los pasos de los antiguos acequieros musulmanes. 

En una templada mañana donde la primavera va dejando paso a los olores y sonidos veraniegos y el verde comienza a perder intensidad, disfrutamos de un paseo entre las flores y las frenéticas mariposas que revolotean con cierta urgencia. 

Iniciamos la ruta en el Área Recreativa de la Fuente de los Potros (Las Mimbres).  Avanzamos en dirección norte siguiendo la pista asfaltada que conduce a la aldea de Prado Negro. A unos 200 metros nos salimos de esta para tomar una pista que arranca a la derecha. 

Desciende paralela al cauce de un arroyo bordeando el Cerro de la Cueva del Sol por su cara sur. Seguimos bajando siempre junto a la línea de agua encajonada entre encinas, quejigos y robles, hasta llegar a una alameda ya en las inmediaciones del Arroyo de Prado Negro y de la Umbría de los Alcaldes.

En esta chopera abandonaremos la pista para tomar dirección norte bordeando los ribereños árboles, cuyas hojas nos hablan con el viento, para acercarnos al Arroyo de Prado Negro.

Ascendemos por un sendero pasando junto a cuevas usadas por los pastores como aprisco. Llegamos a los Llanos del Despeñadero donde encontramos las ruinas de un antiguo cortijo. Tras vadear el arroyo cercano por un puentecillo encontramos el Pilarillo de Manolo el del Molinillo.

Nos recuerda al venerado curandero que vivió en una choza de leña. Se llamaba Manuel Rubio Sánchez y su fama convirtió la Venta del Molinillo en un centro de peregrinación de enfermos durante las últimas décadas del siglo XX. Y hoy nos hemos enterados que recetaba "RadioSalil", que no todo iba a ser hechicería. 

Tomamos ahora una vereda que asciende zigzagueando en dirección norte en busca de los Tajos del Despeñadero. Bordeamos estos cortados por un sendero que parte a la izquierda de un abrigo protegido con un murete rústico de piedras. En una oquedad nos encontramos con un belén ahora un poco fuera de contexto. 

Descendemos hasta llegar al cauce del Arroyo de Prado Negro. Tomamos el sendero hacia la izquierda que nos conduce, pasando por un prado, hasta llegar a la Cascada Grande de Prado Negro. 

El Arroyo de Fuente Grande se despeña en un salto de unos 15 metros con sus paredes cubiertas de musgos, helechos, líquenes y plantas rupícolas ávidas de humedad. El arroyo sigue abajo entre saltos y pozas formando varias pequeñas cascadas hasta unirse al Arroyo de Prado Negro. Y nuestra amiga Rafí no puede resistir la llamada de la cantarina cascada. 

Desandamos nuestros pasos e iniciamos la subida a la aldea de Prado Negro. Seguimos la carretera y en una curva a izquierdas, justo cuando la carretera pasa sobre un arroyo, la abandonamos por una pista que sube suavemente junto al cauce del arroyo hasta la Fuente Grande, un gran nacimiento de agua donde toma el agua la Acequia del Fardes.

Cruzamos el arroyo e iniciamos nuestra andadura por la Acequia del Fardes. Esta acequia es de origen árabe. Su remodelación se inició durante el reinado de Carlos II en el siglo XVII finalizando ya en reinado de Fernando VII en el siglo XIX. El primer tramo de la acequia está soterrado y desecado, lo que nos permite caminar muy cómodamente entre un precioso bosque mediterráneo autóctono. 

Pasamos por la Cañada del Moro, obviando la pista que se adentra en ella y siguiendo nuestra acequia que comienza a bordear el impresionante Tajo de las Garduñas. Tras pasar los restos de una antigua alquería, tendremos que abandonar la acequia para pasar por debajo de la misma donde encontramos un abrigo en la roca. 

Subimos al cauce de la acequia y seguimos avanzando junto a sus aguas cristalinas.  La acequia presenta puentes que la cruzan para adentrarse en el bosque mediterráneo de nuestra derecha formado por encinas y quejigos, una mixtura de lo perenne y lo caduco. Estos puentecillos servían para permitir el paso de las personas que vivían del carboneo y que tenían que cruzar cargados cuando bajaban y subían del monte. Además permiten que las aguas que bajan por las barranqueras no estropeen la acequia.

Al llegar a la altura de la Fuente de los Potros abandonamos la acequia por una vereda que parte a la izquierda y nos lleva hasta el área recreativa. Finalizamos así una ruta de unos 9 kilómetros, un nivel acumulado de 265 metros y una altitud máxima de 1.475 metros.

Ya solo nos queda tomar unos vinitos, unas cervezas, aceitunas, queso, jamón, tortilla, saladillas, empanada... Que no solo de caminar vive el y la senderista. Muchas gracias a Juan por todo su oficio, esfuerzo, solidaridad y altruismo. Un beso a todos y todas.

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