miércoles, 24 de abril de 2024

En el Cerro del Maúllo.

Partimos de Fuente Grande o Fuente de las Lágrimas de Alfacar, de donde parte la emblemática fuente de Aynadamar.

Este manantial está situado en la parte alta del pueblo a escasos metros del Parque Federico García Lorca y a los pies de la Sierra de la Alfaguara. Data del siglo XI. Los árabes la llamaban Ayn (ojo) y damar (lágrimas). Lorca, lágrimas y estos parajes son un trinomio inseparable.

Ascendemos por un pedregoso carril que nos conduce hasta una ladera descarnada dolomítica que nos ofrece unas preciosas vistas de Sierra Nevada, la Vega de Granada y Sierra Elvira. Bajo nosotros una zona llamada el “resbaladero” donde se pueden encontrar restos de fósiles. Esta zona es también conocida como El Caracolar. Pasamos por este trozo antiguo de playa petrificada, retrocediendo en el tiempo más de 20 millones de años.

Seguimos la marcha para dirigirnos al Barranco de Víznar. Todas las flores que veíamos por el camino desaparecen pisoteadas por la sinrazón. Cruzamos una fosa común de la guerra civil española. Tristes retratos, tristes recuerdos en las cortezas de los pinos. Nos detenemos unos instantes en las exhumaciones que se están llevando a cabo. Si pinchas esta foto puedes tener más información. 

El equipo de investigadores dirigido por Francisco Carrión Méndez, profesor de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, ha excavado desde el inicio de esta semana una fosa común en el Barranco de Víznar en el que han encontrado los cuerpos de diez personas que han aparecido con disparos en la cabeza y las manos atadas a la espalda. Con ellos, el número de víctimas recuperadas asciende en este momento a 124, de las que 32 son mujeres.

Desde aquí, con el corazón sobresaltado, tomamos una vereda que asciende entre pinares abundantes en romeros y tomillos. Llegamos así al Área Recreativa de Puerto Lobo. Tomamos una senda, debidamente señalizada, hacia las Trincheras. Se trata de la Senda del Maúllo. Al principio el sendero desciende atravesando un hermoso mosaico vegetal compuesto principalmente por jóvenes cedros, pinos, algunos olivos y álamos, para finalmente ascender hasta un carril forestal y que seguiremos a la derecha. Nos vamos encontrando con aromáticas como la salvia, la lavanda, el tomillo o el cantueso.


Desde este carril, asciende una estrecha y agradable vereda que nos sitúa, en un abrir y cerrar de ojos, en las Trincheras del Maúllo; restos de la guerra civil española, llamadas así por el ruido que hacían sus “usuarios” para comunicarse a lo lejos, unos con otros, imitando el del maullido del gato montés que habitaba estos parajes. Las trincheras del Maúllo  se conforman, mimetizándose con el entorno, en torno al Cerro del Maúllo, rodeándolo casi en su totalidad con sus galerías, de las que sobresalen de tanto en tanto las garitas. Las vistas desde aquí, estamos a unos 1300 metros de altitud, son impresionantes. Mientras las disfrutamos, tomamos el almuerzo. 


Bajamos entre pinos resineros, antiguos cultivos de olivos, coscojas y encinas. Regresamos por la pista forestal de la Alfaguara hasta llegar de nuevo al Centro de Interpretación. Nos detenemos en el alambique y escuchamos el croar de los anfibios de la charca cercana. Y alucinamos con la acelerada metamorfosis de los renacuajos del sapo corredor que tienen que respirar aire antes de que desaparezca el charco temporal. 


Ya solo resta regresar por la carretera hasta Víznar completando una ruta de unos 9,5 kilómetros y 375 metros de desnivel acumulado. 


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