sábado, 23 de octubre de 2021

Había una vez una semilla de papel.

La Biblioteca de Atarfe nos invitó a diseñar una actividad que entrelazase las semillas y el amor por la lectura. Además, al ubicarlo este fin de semana, quería hacer un guiño al Día de las Bibliotecas que se celebra el 24 de octubre. 

Dinamizamos "Había una vez una semilla de papel".

Por un lado aproximamos el mundo de la siembra a los más pequeños, dando a conocer que es una semilla y que precisa para germinar, al tiempo que se cuentan que semillas se siembran ahora en nuestras huertas otoñales de la Vega de Granada. 

Y las semillas se convirtieron en palabras o al revés. Las palabras que escapan entre las hojas de los libros, esas que germinan en nuestros corazones para que broten los tallos y ramas de la creatividad y la imaginación. 

Primero teatralizamos un pregón del Día de las Bibliotecas del 2013 de Laura Gallego. Este es uno de sus fragmentos: 

"El visitante relató historias que fascinaron a sus oyentes y les hicieron soñar con fantásticas aventuras en reinos maravillosos. Cuando terminó, cerró el libro para volver a guardarlo en su morral. Nadie se percató de que, al hacerlo, escapaban de entre sus páginas algunas palabras sueltas, algunas semillas que cayeron al suelo.

El viajero se marchó por donde había venido; tiempo después, los habitantes del pueblo descubrieron el pequeño brote que elevaba sus temblorosas hojitas hacia el sol, en el lugar en el que habían caído las palabras perdidas…"

Inmediatamente realizaremos un sencillo marca-páginas donde se combinan dos conceptos: libros y árboles. La verdad es que quedó un diseño la mar de original.  

Posteriormente, con los pies en el suelo, sembramos en pequeños recipientes algunas de las plantas características de la huerta de otoño-invierno: ajos, habas y guisantes. 

También elaboramos un papel con semillas, un modo original de realizar papel reciclado que podrá germinar en nuestros hogares.

Y para terminar, con la intención de colaborar en la mejora de nuestros espacios públicos, plantamos unos bulbos de otoño en el Parque Arquitecto Ramón Gardón.

Y fueron felices y echaron raíces.

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