El pasado viernes finalizamos la actividad sobre alimentación que realizamos en Cuevas del Campo. En esta ocasión trabajamos con 4º, 5º y 6º de educación primaria y con 1º y 2º de educación secundaria.
La actividad la estructuramos en dos partes.
Por un lado participaban en una charla sobre alimentación, ese acto voluntario de seleccionar lo que comemos que puede y debe ser educado. La alimentación, una de las cuatro patas en la que se sustenta nuestra salud y por lo tanto, nuestra felicidad; las otras son la higiene, la actividad física y el descanso.
Partimos de cuestiones globales como las peculiaridades de la alimentación cultural (precocinados, prisas, conservas, globalidad, publicidad, supuestos superalimentos...) y la relación entre alimentación y salud del planeta (exceso de envases, comercio local y de temporada, importancia de la disminución del consumo de carne, procesos productivos sostenibles...).
Citamos otras cuestiones que nos sobrevuelan como la sobreexplotación de los recursos, el desperdicio de alimentos o la desnutrición. También damos unas pinceladas sobre problemas como la obesidad o los trastornos de la conducta alimentaria.
Y ponemos en valor esa herramienta fabulosa de la que disponemos, la dieta mediterránea, patrimonio inmaterial de la humanidad. Relacionamos esta dieta variada con las culturas que la han ido configurando a lo largo de la historia: analizar un desayuno saludable es viajar en el tiempo, en el legado cultural.
Al final damos las claves de la dieta mediterránea, intentando, más que aclarar conceptos, que también, incentivar la curiosidad y provocar la necesidad de pensar y hacernos preguntas.
Finalizamos la charla realizando dos manualidades, un "frutimémori" y un marca-páginas con el lema: me como los libros.
Al tiempo realizamos una transformación tan antigua y cotidiana como fascinante: la transformación de leche en queso. La dinamiza nuestro amigo Manuel Cumplido al que agradecemos estas colaboraciones. También les damos las gracias a Maite y a Eva que echan una mano.
Muchos son los que comen queso, pero pocos son los que conocen su elaboración. De un modo práctico mostramos en qué consiste: cuatro pasos principales, la fermentación, el cuajado, el desuerado y la maduración de la leche.
Los ingredientes siempre son los mismos (la leche, fermentos y cuajo) y los parámetros a controlar (tiempo y temperatura). La variación de estos componentes da la posibilidad de conseguir diferentes sabores y crear una gran variedad que quesos.
Una actividad muy trabajada fruto de sinergias enriquecedoras.
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