sábado, 21 de mayo de 2022

Casa de Porras en la Vereda de la Estrella.

Ruta obligada para cualquier caminante que se precie: la alucinante Vereda de la Estrella. Caminamos por el valle del Genil, viendo como arroyos de menor categoría o ríos como el San Juan, el Vadillo o el Guarnón le regalan sus aguas. 

En todo el camino disfrutamos de árboles como castaños, encinas, quejigos, encinas, fresnos, arces o los preciosos robles melojos.  Y de matorrales en flor como los rascaviejas, las retamas, escaramujos o majuelos. 

Esta vereda puede cerrarse de distintos modos; nosotros elegimos retornar por los mismos caminos haciéndola lineal para no añadirle grados de dificultad. Y es que estos días está apretando el calor; aunque realmente la brisa y las sombras de la umbría por la que pasamos alivian las altas temperaturas. 

Iniciamos la ruta en la Vegüeta del Caracol, en la junta de los ríos Genil y San Juan. Cruzamos un puentecillo sobre las turbulentas aguas y comenzamos a subir por la Vereda de la Estrella. 

Dejamos a la derecha una senda, por la que se retorna si volviéramos por la Hortichuela. A unos veinte minutos nos encontramos con un enorme castaño centenario, “El Abuelo” un auténtico monumento natural catalogado como árbol singular.

A la izquierda siempre el murmullo del Genil que asoma, de vez en vez, entre el bosque de galería que lo escolta. Vamos atravesando varios arroyos que corresponden al Barranco de la Loma del Muerto y de Cabañas Viejas. Nos encontramos con un sapo común que atraviesa con urgencias el camino. 

La umbría por la que caminamos contrasta con la aridez de la solana de enfrente. Y así llegamos al Puntal del Vadillo donde podemos contemplar la confluencia de este río con el Genil. 

Un poco más adelante nos encontramos con una vereda a la izquierda que nos llevaría hasta la Cuesta de los Presidiarios. Lo ignoramos y seguimos al frente por el Paraje del Vadillo.

Un giro en la senda y nuestro horizonte es la montaña más impresionante de Sierra Nevada: La Alcazaba (3.371 m) y a su derecha el Mulhacén (3.479 m) con su perfil de pirámide truncada. 

DE este modo dejamos de caminar hacia el Este para tornar hacia el sur. La brisa es ahora más fresca. Y así alcanzamos las Minas de la Probadora. Pueden verse los restos de la fundación, alguna galería y las escombreras. Los minerales que se extraían eran la pirita, la calcopirita y la siderita para obtener hierro, cobre y plata. 

Un poco más adelante observamos una vereda a derechas que asciende hacia el Hornillo. Seguimos el curso del Genil hasta llegar a las Minas de la Estrella que dan nombre a esta ruta. Toda esta zona también se conoce como la Cortijada de la Dehesa del Calvario. 

Hoy ruinosas, fue de las minas más importantes de las muchas que hubo dispersas en esta vertiente del Genil. Eran minas ricas en cobre y plata y fueron explotadas por una compañía belga en el siglo XIX. Cuando fueron abandonadas varias familias se dedicaron a vivir de estos despojos minerales en unas condiciones lamentables.

Continuamos hasta el Barranco del Guarnón, donde contemplamos el impresionante descenso de este río desde el Corral del Veleta. Podemos contemplar al fondo el Veleta (3.392 m). El puente de madera da continuidad a la vereda hacia Cueva Secreta y a subidas míticas hacia el Mulhacen. 

Hacemos una deliciosa parada donde metemos los pies en las frías aguas, nos refrescamos y tomamos el almuerzo. Y hacemos amistad con las mariposas que revolotean por todas partes y nos ofrecen su delicada belleza. 

Ahora toca retornar por las mismas veredas. Completamos así una ruta lineal de 15 kilómetros, un desnivel acumulado de 450 m y con una altura máxima de 1561 metros. Y una belleza difícil de medir. 

No hay comentarios: