Es magia, imaginación sin límites, fresco, inteligente y divertido. Aparecen situaciones y personajes que nos deben acompañar toda la vida para recordarnos que lo preocupante no es crecer y hacernos mayores, sino olvidar el niño o la niña que fuimos.
Pero, además, la educación juega un papel muy importante en estos libros, que pueden considerarse como precursores de toda la literatura infantil posterior. Carroll era muy consciente de que estaba sacando a relucir el sinsentido de la moral y la obediencia ciega en la que se basaba la educación en aquel tiempo. Rompe moldes y pone en valor la imaginación infantil.
Tal vez por primera vez, en los cuentos infantiles no se le da vueltas al rollo de que los niños y las niñas buenas se portan así y los malos asá y que a estos últimos les pasan cosas terribles y merecido se lo tienen.
En esta ludoteca de verano, que no será un libro aburrido sin ilustraciones ni diálogos, seguiremos al Conejo Blanco para divertirnos realizando talleres y juegos.
Los personajes como la Liebre de Marzo, el Sombrerero, la Oruga Azul, el Gato de Cheshire o la Reina de Corazones nos acompañarán por los alocados y aparentemente absurdos capítulos que iremos viviendo en el aula rural.
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