Ayer, Tere guio un itinerario cultural por los miradores del Albaicín y del Realejo, en esta ciudad tan coqueta en la que vivimos a la que le encanta contemplarse desde sus distintas colinas. San Cristobal, San Nicolás, Ojo, Radua, La Churra...
Y esta mañana, Noelia realizó una ruta de senderismo. Subimos al Cerro del Sol para tomar la vereda de los Franceses, esa que nos adenta en el Valle del Oro, en ese cápitulo de nuestra historia en la que tuvimos alucinaciones con la fiebre de ese ansiado metal. Partimos de Valparaiso, cuna del Darro, al valle del río Genil.
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