En estos tiempos en los que se cumple un año de la locura de un egocéntrico, en una fecha (23F) que, a los que pintamos canas, nos provoca la náusea de la prepotencia violenta e intolerante, es imprescindible buscar la concordia, el cariño y la sonrisa con los que más la precisan.
Y allí, Plastichin y su pandilla hacen de las suyas. Proponen juegos, bailes y talleres con la máxima de que menos es más.
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