Estos días hemos realizado unos recorridos por Maracena promocionando el Camino Mozárabe por la localidad. Al tiempo intentamos desentrañar diversos aspectos de la historia de esta localidad.
Recordamos así al Larán Laran, un hombre espigado que llegaba al pueblo, nadie sabe de donde, cargado de pedacitos de felicidad que repartir entre los niños y niñas. Estos se arremolinaban a su alrededor acompañándole por el pueblo. Y pedían a sus madres una perra gorda para comprar alguna de las piruletas que traía pinchadas en una papa que llevaba hincada en un palo.
Decían que portaba una escoba decorada con mil historias y que iba tarareando "laran, laran laran". Cuando se marchaba nadir sabía a donde se dirigía.
En esta ocasión aparece su nieto, "El Laran Larero" e igual que su abuelo regala sonrisas y buen rolo a los niños y niñas que se arremolinan a su alrededor.
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