Las lombrices de tierra y el vermicompostaje han sido el centro de interés de los talleres que hemos realizado en el CEIP Sierra de Huétor de Huétor Santillán.
Tras una sesión sobre las semillas y otra de huertos verticales, en esta ocasión nos centramos en este pequeño organismo edáfico y los abonos procedentes de la lumbricultura.
Tras una introducción en la que hablamos de los habitantes del suelo, las técnicas para separarlos y la vida y milagros de las lombrices de tierra, pasamos a la acción.
Primero buscamos lombrices y otros macroorganismos edáficos en el contenido de la compostera del huerto. Además de anélidos, encontramos cochinillas de la humedad, tijeretas, arañas, pequeños ciempiés y larvas de dípteros.
Luego montamos unas literas de lombrices con un sistema de recogida de lixiviados que nos servirán como abonos líquidos. En ellas inoculamos las lombrices encontradas en el sustrato ya muy maduro de la compostera.
Luego realizamos una experiencia para determinar el estado de madurez e idoneidad para su aplicación en la huerta de distintas fuentes orgánicas. Usamos vermicompost comercial, abono de la compostera, y estiércol fresco de cabra. Le aplicamos el test de fitotoxicidad con berro de agua.
Por último, montamos una prueba para determinar que dietas pueden ser más adecuadas para nuestras lombrices. Estamos trabajando con la lombriz roja de california (Eisenia andrei). Las dietas que testamos es cartón húmedo, pan rallado, harina integral y estiércol de oveja.
Todo un conjunto de actividades destinadas a aprender de este maravilloso y sencillo animalillo y a aplicar el método científico.
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